Óscar Fernández: “Nosotros como entrenadores, desde el principio, tenemos que tener claro a qué queremos que juegue nuestro equipo”

El entrenador del Madrid CFF de la Primera Iberdrola y profesor de AFEN diferencia entre el modelo de juego y la identidad de un entrenador.

¿Qué es el modelo de juego?

Nace de un marco teórico en el que debemos exponer cómo queremos que juegue nuestro equipo. Es un concepto que viene de la escuela portuguesa de la periodización táctica de Vítor Frade. Esta escuela se hizo famosa con los éxitos de José Mourinho aunque ya llevaba vigente desde 1980 aproximadamente. Él pone nombre a este concepto que al final nos permite explicarnos cuál es nuestra idea de juego como entrenadores.

¿Cómo llegamos a identificar lo que queramos?

Hay que diferenciar varios conceptos. Por un lado nuestro modelo de juego va a depender de varios factores: de los jugadores que tenemos, de los objetivos del club, del país en el que estamos… ese modelo va a ser cambiante porque va a depender también de los resultados, de los jugadores que tengo disponibles, etc. Y por otro lado está la identidad que tenemos nosotros como entrenadores y aunque se asemeja al modelo de juego, es algo menos cambiante porque no depende de tantos factores. Esa identidad nos va acompañar a todos los clubes en los que estemos. Y ahí podemos tener más claro qué queremos hacer: si ser más asociativo, si ser más directo…Todo eso tiene que partir de un marco teórico. Tenemos que poner un papel todos los conceptos que queremos que los jugadores hagan para a partir de ahí confeccionar nuestras tareas de entrenamiento.

¿Qué peso tienen los jugadores que tenemos y qué peso nuestra idea? ¿En qué momento debemos adaptarnos?

Existe una gran diferencia. Nosotros en principio vamos a buscar a los jugadores o jugadoras que se adaptan más a nuestra identidad. A partir de ahí y viendo si nuestra identidad se puede acoplar a los jugadores confeccionamos esos principios que queremos que tengan nuestro equipo. Por otro lado estaría otro punto de vista: cada jugador tiene una naturaleza y muchas veces no podemos condicionarlos a que hagan lo que nosotros queremos. A partir de ahí nosotros tenemos que adaptar nuestro modelo de juego a lo que va a pasar en el partido. Y luego está el rival que en ese modelo de juego nos va a hacer adaptarnos de una manera o de otra. Si somos más proactivos o más reactivos.

¿Qué diferencias hay en las diferentes categorías y edades? Por ejemplo, alguien que tenga el nivel 1 y entrene a un alevín, ¿también tiene que tener un modelo de juego?

Yo suelo dar metodología en AFEN y en las primeras clases siempre pregunto lo mismo: ¿cómo quieres que juegue tu equipo? Al principio solo escriben un párrafo y un par de ideas sueltas pero poco a poco vamos desgranando en esquemas más precisos lo que ellos quieren que suceda en cada momento del juego. Al final, independientemente de la categoría en la que juguemos, nosotros como entrenadores tenemos que tener claro cómo queremos que juegue nuestro equipo, que al final va a estar condicionado por muchas cosas, pero tenemos que saberlo. Tenemos que dotar de una forma de ser, de una identidad a nuestro equipo y a partir de ahí trabajar en la semana. Yo siempre les digo que es muy difícil confeccionar tareas de entrenamiento si no sabemos qué queremos que haga nuestro equipo. Por eso al final el marco teórico es tan importante. Escribirme en un folio los 3-4 principios de cada momento y cómo interactúan esos principios con el momento anterior y posterior hace que yo pueda confeccionar tareas que mejoren a mis jugadores en esos principios.

¿Cómo has ido cambiando tú con el paso de los años tu modelo de juego? ¿Y tu identidad?

El modelo de juego es cambiante y se retroalimenta semana a semana porque depende de estados de forma, de los jugadores de los que dispongo… Mi identidad como entrenador ha ido cambiando a lo largo de mi experiencia. En el transcurso de mi carrera he ido creyendo en diferentes cosas y también me he ido adaptando. El año pasado estaba en Segunda B (Adarve) y mi identidad tenía que ser otra a la actualidad en la Primera femenina. Aquí los equipos son más asociativas. En Segunda B, por ejemplo, al final son solo 4 equipos los que juegan así y el resto son directos, con progresiones rápidas y dando mucha importancia a las transiciones. Al final también me tengo que adaptar a dónde estoy.

¿Qué principios inamovibles tienen que tener tus equipos?

En el momento sin balón siempre quiero que mis equipos presionen muy alto, incluso con duelos individuales. En transición defensiva quiero una presión tras pérdida muy agresiva y en transición ofensiva quiero ser muy vertical cuando robo la bola. Esto no tiene que ver con ser directo, sino con ser vertical para jugar en campo contrario, bien porque podamos acabar esa acción o bien para someter al rival en campo contrario.

¿Todo eso se ve en el Madrid CFF?

Yo creo que sí. Nosotros estamos saliendo desde atrás con estructuras muy diferentes: con estructuras de 3, con estructura Lavolpiana, con conducciones… en las transiciones ofensivas nos ha costado mucho que las jugadores comprendieran que había que ser verticales pero con el paso del tiempo lo estamos consiguiendo. La presión tras pérdida es todavía una demanda porque les cuesta activarse sin balón. Presionar en bloque en alto, en cambio, nos lo compraron desde el principio y nos beneficiamos de que la mayor parte de rivales intente salir en corto.

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