Con Jorge Martín -actual entrenador de la RSD Alcalá y ex del Mirandés o Guadalajara- abordamos una parcela fundamental en el desempeño de cualquier entrenador: la preparación de sesiones de entrenamiento.
¿Qué importancia tiene la confección de las tareas, de los ejercicios del día a día?
Es una importancia muy grande. El realizar buenas tareas es lo que lleva a tener entrenamientos de calidad. La planificación es fundamental. Nosotros por ejemplo planificamos mes a mes, debemos tener todo bien estructurado, todo bien preparado para que cuando llegue el momento de entrar al campo vaya todo rápido y no haya interrupciones. El jugador cuando sale tiene que saber lo que vamos a hacer y el objetivo de la sesión.
¿Qué factores hay que tener en cuenta?
El grupo de jugadores al que va dirigida la sesión, la categoría a la que entrenas, sobre todo tener claro las edades y las calidades de los jugadores, si son equipos homogéneos (si son muy parecidos) o si, como en nuestro caso, pues son ya jugadores semiprofesionales que están capacitados para llevar a cabo las tareas que vamos a planificar.
¿A qué edad empezamos a introducir la táctica?
Nosotros en la RSD Alcalá trabajamos con una metodología de entrenamiento globalizado-estructurado. A través de este método lo que optimizamos de forma simultánea son los factores de ejecución y decisión, donde metemos elementos físicos, técnicos, tácticos y psicológicos, mediante prácticas en contextos similares a los del juego real. A partir del desarrollo de estas tareas ya estamos metiendo un elemento táctico. A mí no me gusta trabajar mucho la táctica en campo, soy más de pizarra y creo que desde edades tempranas los chicos tienen que ir comprendiendo el juego para mejorar a nivel de concepto. A través de esta metodología el jugador mejora poco a poco porque toma decisiones contantemente.
¿Vosotros utilizáis esta misma metodología para todos los grupos de edades?
Es un proyecto que hemos empezado esta temporada y lo que queremos conseguir es que a través de una misma metodología de entrenamiento todos los equipos del club jueguen con el mismo estilo de juego, no con el mismo sistema porque los sistemas al final son herramientas que tenemos los entrenadores, pero sí que por la forma de jugar se vea claro que son equipos de la RSD Alcalá. Desde prebenjamines intentamos que los entrenadores desarrollen esta metodología.
El material también es importante…
Una cosa es lo ideal y otra la realidad. A veces en un club modesto como el nuestro no tenemos tantos medios como pueden tener en uno profesional. Hay que llevar bien preparada la sesión, tener en cuenta el número de jugadores, el material que se va a necesitar, si se puede montar la sesión antes de que los jugadores salgan al campo y si no se puede, ser lo más eficaz posible para que durante la fase de activación se vayan organizando las diferentes zonas de la sesión.
En vuestro caso, ¿cómo os dividís?
Nosotros dividimos la sesión en tres partes. La activación la dirige el preparador físico y suele estar relacionada con la tarea principal. Luego está la tarea principal, una por sesión, que la dirijo yo y luego una vuelta a la calma donde el preparador físico, el segundo entrenador o alguno de los ayudantes ayudan al jugador al enfriarse antes de irse a la ducha. En otros cuerpos técnicos es posible que solo esté el primer entrenador y que tenga que hacerlo todo. Ahí debe adaptarse.
¿Qué opinas de la búsqueda de tareas en internet?
El entrenador no tiene que ir rellenando días en plan “hoy voy a hacer esto porque lo he visto en Internet”. El entrenador tiene que tener claro qué objetivo quiere conseguir en una temporada y a partir de ahí estructuras los sesiones. Nosotros repetimos de manera cíclica las tareas y no dejamos nada al azar. A través de las repeticiones vemos cómo progresa el jugador.
Con el entrenador madrileño (ex Rayo Majadahonda, Internacional de Madrid y Atlético femenino entre otros) y profesor de AFEN conocemos algunas claves importantes para gestionar un vestuario.
¿Qué le dirías a un entrenador que nunca se ha enfrentado a un vestuario?
Es una figura muy importante en cualquier entrenador. La dirección y gestión de grupos es el día a día de todo entrenador de fútbol base, de fútbol semiprofesional o profesional. Les invitaría a todos y todas a dar mucha importancia al cuidar al vestuario, a la persona, al futbolista. Muchas veces cuando empezamos a entrenar damos por hecho que ese niño o niña va a entender todo lo que decimos y está capacitado para cumplir nuestras indicaciones y al final no dejan de ser niños. Tenemos que cuidar nuestra vocabulario, nuestra forma de tratarles, nuestro modo de corregirles. Tenemos que tener en cuenta que ese futbolista antes de ser futbolista es persona o en este caso, un niño
¿Recuerdas tu primera vez, ese primer momento en que te metiste en un vestuario con veinte chicos a tu cargo?
Mi historia es peculiar porque cuanto yo jugaba en el equipo del colegio con 13 ó 14 años ya ayudaba al profesor. Él me pidió que le echara una mano y le sustituía cuando faltaba. Pero mi primera vez un poco más en serio fue en el Rayo Majadahonda, donde también jugaba. Tenía 16 ó 17 años y David Ballester, el primer entrenador de ese grupo, me propuso que fuera su ayudante. Poco después ya cogí yo solo a dos grupos: un alevín y un prebenjamín. Y la verdad es que ese primer momento en el que entras a un vestuario y ves a un grupo de niños con los ojos abiertos, dispuestos a recibir mucha información, siempre se te queda grabado. Me acuerdo que ese primer momento me impactó. Tengo un recuerdo muy bonito.
¿Un líder nace o se hace? ¿Se puede formar y mejorar alguien en liderazgo?
Esa es la eterna pregunta que me hacen en las conferencias y en mis clases de AFEN. Creo que hay algo de liderazgo en el individuo, algo innato. Esa persona que desde niño tiene carisma entre sus compañeros, que puede arrastrar a otros mediante sus acciones. Luego según va evolucionando la persona, hay muchos líderes que se van formando a nivel académico y crecen a partir de sus experiencias. Son personas que a lo mejor no mostraban esas capacidades en edades tempranas pero que en el proceso de maduración van sacando ese liderazgo. Luego tendríamos que catalogar a esos líderes. Hay muchos líderes diferentes. Los que transmiten por su carisma, por sus conocimientos, por su forma de ser…
¿Se tiene que tratar a todos de igual manera?
Cuando diriges a un colectivo hay que tratar a todos iguales pero todos son diferentes. Hay una parte de normas de convivencia, de respeto por el bien del colectivo que todos deberían cumplir de igual forma pero después todos son diferentes. Podemos encontrar jugadores tímidos, extrovertidos, más trabajadores, más vagos… Todos somos diferentes aunque estemos dentro de un mismo grupo con un mismo objetivo.
¿Qué tipo de entrenador es Pablo López?
Al final te lo marca un poco tu personalidad. Yo soy una persona que le doy mucha importancia a la gestión de vestuario y al colectivo. Siempre digo lo mismo. El futbolista es una etapa de la vida pero lo que queda siempre es la persona. Hay que cuidar mucho a la persona y creo que la mejor manera es entenderla. También hay que llevarla al máximo nivel de exigencia pero entendiéndola y sabiendo que puede tener problemas como los tenemos todos: problemas familiares, con la pareja… y que eso va a afectar a su rendimiento. Es muy importante esa parte personal. Hay grandes entrenadores que han demostrado que con una buena gestión se consiguen grandes logros: Del Bosque, Aragonés, Zidane…
¿Puedes contarnos alguna anécdota?
Muchísimas. Me he llevado a mis jugadores a jugar a la Playstation para fortalecer el grupo, a hacer paintball. He invitado a cenar a dos jugadores que no se hablaban para mediar entre ellos, también me he ido a comer con un futbolista que estaba pasando por una crisis con su pareja… Lo importante al final es eso, que el jugador se siente a gusto, como en una familia. Estuve casi 6 años en el Inter de Madrid y vivimos experiencias preciosas a nivel de resultados pero sobre todo generamos un vínculo fuerte a nivel humano. Aún tenemos un grupo de whatsapp y quedamos para comer.