Aunque parezca mentira, son muchos los profesionales del fútbol que no saben cuánto mide un campo de fútbol. Esto es algo a lo que normalmente no prestamos mayor interés, aunque se trata de un conocimiento relevante que deberemos controlar si queremos convertirnos en entrenadores. No en vano, en los exámenes del curso de entrenador nivel 1 esta una pregunta recurrente.
Según las reglas de juego confeccionadas por la FIFA, un campo de fútbol debe de tener las siguientes dimensiones:
-Largo (línea de banda): mínimo 90 metros y máximo 120 metros.
-Ancho (línea de meta): mínimo 45 metros y máximo 90 metros.
Si el partido es internacional, las medidas variarán:
-Largo (línea de banda): mínimo 100 metros y máximo 110 metros.
-Ancho (línea de meta): mínimo 64 metros y máximo 75 metros.
Hay algunas otras medidas que también es conveniente conocer:
-Área de penalti: las dos líneas perpendiculares a la línea de meta se sitúan a 16,5 metros de la parte interior de cada uno de los postes de la portería. A su vez, estas líneas se adentran 16,5 metros en el terreno de juego.
-Punto de penalti: está situado a 11 metros de la línea de meta.
-Área de meta (Área pequeña): las dos líneas perpendiculares a la línea de meta se sitúan a 5,5 metros de la parte interior de cada uno de los postes de la portería. A su vez, estas líneas se adentran 5,5 metros en el terreno de juego.
-Porterías: la altura será de 2,44 metros y la anchura de 7,32. Los postes y el larguero tendrán la misma anchura, como máximo 12 centímetros.
El número cuatro tiene una especial relevancia en muchos ámbitos de la vida. Hay cuatro estaciones meteorológicas (invierno, primavera, verano y otoño), cuatro puntos cardinales (este, oeste, norte y sur) y también cuatro momentos en el fútbol. La forma en la que un equipo se comporte en cada uno de estos cuatro momentos marcará en gran parte su modelo de juego.
El elemento central del fútbol no es otro que el balón y por eso estas cuatro fases están íntimamente relacionadas con él. Tendrás que controlarla todas si quieres convertirte en entrenador de fútbol. Vamos con ellas:
–Cómo se comporta el equipo cuando tiene el balón (o cómo ataca)
Hablamos de todos los momentos del juego en los que el equipo dispone de la posesión del balón. Podemos diferenciar, a su vez, varias fases dentro de este momento ofensivo: iniciación, elaboración o creación y finalización. ¿Cómo queremos que sea nuestro equipo cuando tiene la bola? ¿Queremos que saque en corto e intente superar líneas mediante la asociación y generando superioridades? ¿O preferimos que sea directo para llegar rápido a campo contrario? ¿Queremos que sea un equipo combinativo y paciente o vertical e incisivo? Hay muchas variables que, como entrenadores, deberemos contestar para dotar de identidad a nuestro equipo.
-Cómo se comporta el equipo sin balón (o cómo defiende)
Nos referimos a todos los momentos en los que nuestro equipo no tiene el balón. ¿Queremos presionar en bloque alto o mejor esperar replegados y juntos en campo propio? ¿En qué zonas del campo queremos intensificar la presión para robar? ¿Defenderemos en zona -como habitualmente- u optaremos por marcas al hombre? Quizás prefiramos defender en zona y pasar al hombre en determinadas zonas, como por ejemplo el área. Es importante que todos los conceptos queden claros y en una buena escuela de entrenadores te formarán para ello. En el fútbol moderno una buena defensa es primordial.
-Transición ofensiva (qué hace el equipo cuando roba el balón)
Defendemos para que no nos hagan gol y con el objetivo de poder robar el esférico. Ok, cuando lo robemos, ¿qué haremos? Tal vez queramos ser extremadamente verticales y montar el contragolpe sin siquiera hacer un pase de seguridad. O a lo mejor las características de nuestros jugadores nos hacendecantarnos por asegurar la posesión y comenzar un ataque organizado y paciente. Una gran cantidad de goles vienen después de transiciones, así que la decisión es fundamental.
-Transición defensiva (qué hace el equipo cuando pierde el balón)
Aquí básicamente hay tres opciones: la presión tras pérdida, el repliegue y una combinación de ambas. Cuando presionamos tras pérdida queremos volver a recuperar el balón lo antes posible. Es importante que nuestros jugadores ataquen de una manera determinada para que ya estén bien posicionados para esa presión. El repliegue es retrasar líneas para organizar la defensa en campo propio. Y la tercera alternativa sería presionar la pérdida con uno o varios jugadores, mientras el resto del equipo repliega.
Como entrenadores (ya sea de fútbol base, categoría regional o divisiones superiores) debemos tener muy en cuenta estos cuatro momentos porque marcarán nuestro modelo de juego. Y para ello es aconsejable saber realizar un detallado análisis táctico para saber diferenciar estas fases.