FÚTBOL FEMENINO, UTILIZAR EL CICLO MENSTRUAL PARA OPTIMIZAR LA PREPARACIÓN FÍSICA
Artículo escrito por: Francis Muñoz Parrado. Entrenador y técnico deportivo superior en fútbol.
Hoy en día, en la mayoría de equipos de fútbol femenino se entrena a las mujeres como si fueran hombres, con pequeñas rebajas de intensidad o de fuerza. Unas veces por falta de medios, otras por falta de conocimientos y la mayoría de las ocasiones porque aún no son profesionales.
Para mí, una mujer debe de entrenar diferente y en determinados momentos incluso más que un hombre, siempre que nos apoyemos en utilizar los ciclos menstruales como elemento a favor y no como una cuestión que va en contra de la deportista y que es la propia naturaleza la que lo dictamina. Tenemos que adaptar el entrenamiento a las necesidades fisiológicas que el género femenino demanda.
Desmenucemos esta idea. Justo después de terminar con la regla, la mujer está en una condiciones increíbles para poder competir, justo antes de que la regla aparezca es todo lo contrario, solo entrenar o aguantar en el campo ya es extraordinario, y todo es debido, evidentemente, a los desajustes hormonales que se producen en su cuerpo.
Si tomamos un ciclo menstrual como referencia genérica, 28 días de duración, desde el inicio, el tercer día aprox., hasta el día 13 0 14, es decir, justo antes de que se produzca la ovulación, el cuerpo de la mujer genera estrógenos, eso les permite poder realizar entrenamientos intensos, trabajar cualidades físicas como la fuerza, la velocidad y poder realizar sesiones de alta intensidad.
Una vez que llega la ovulación y desde ese momento hasta el final del ciclo menstrual, su cuerpo comienza a generar progesterona, eso provoca que aumenta la frecuencia cardíaca, les cuesta más respirar y trabajar a altas intensidades, por lo que es recomendable realizar sesiones más ligadas a la resistencia, espacios amplios, esfuerzos menos intensos. Quizás en este periodo se debe apostar más por sesiones más comedidas en el tiempo de duración y sobre todo en la intensidad.
En definitiva, se trata de adaptar el ciclo menstrual a la competición y a los entrenamientos para que alcancen el mejor rendimiento, como cualquier deportista, pero la diferencia sería respetar esa naturaleza para intentar “utilizarla a favor” y no que se trate o se pueda percibir como un obstáculo, tanto para la propia deportista como para el público en general.
Evidentemente todo esto de lo que estamos hablando está en estudio, ya que existen aspectos como las lesiones, los cambios psicológicos, la alimentación, etc, que influyen de manera clara sobre las jugadoras y que también se deben de integrar dentro de su preparación física y a su vez plasmarlo en las mesociclos y microciclos, y como no, en el mayor grado de concreción de nuestro trabajo, las tareas y como digo, marcado por la influencia clara de su ciclo menstrual.
Es ya habitual, sobre todo en los equipos de élite profesionales, la incorporación de fisiólogos/as, endocrinos/as, ginecólogos/as, a los cuerpo médicos o cuerpos técnicos para poder optimar todas estas variables que existen dentro del fútbol femenino si tomamos el ciclo menstrual como eje vertebrador del rendimiento.
Sobre todo ello se está comenzando a hablar, hasta el punto, de que los equipos que ya cuentan con los medios suficientes para controlar todas estas variables han mejorado considerablemente el rendimiento, llegando incluso, a parecer, que van a otro nivel, sobre todo, cuando compiten con otros equipos que no lo hacen, lo que ha abierto un debate, ya que la diferencia de rendimiento parece hasta insultante en algún caso, y hablo concretamente de F.C. Barcelona femenino y la selección de USA femenina, independientemente de que sus jugadoras tengan un nivel técnico-táctico superior y sean plantillas, de por sí, muy potentes, ya que pueden tener a las mejores jugadoras.
Para aquellos entrenadores, que pueden estar trabajando con chicas, y que evidentemente son amateur quizás les pueda venir bien algunas pautas genéricas:
PAUTAS PARA ENTRENAR LOS DÍAS DEL PERIODO
Si los síntomas derivados de la menstruación lo permiten, practicar deporte a intensidad suave durante esos días puede ayudar a reducir los dolores y mejorar el estado de ánimo gracias a la liberación de endorfinas que induce el ejercicio. Para ello podemos:
Evitar excesos: Aunque el dolor abdominal vaya en descenso, se debe tomar la precaución de entrenar a baja intensidad ya que el cuerpo estará más bajo de fuerza. Un entrenamiento excesivo puede acarrear una mayor necesidad de descanso y varios días sin practicar ejercicio.
Proteger bien la zona: Entrenar con la menstruación puede ser incómodo, por lo que los expertos recomiendan usar ropa adecuada y proteger la zona para evitar molestias.
Mayor hidratación: Ante la pérdida de una media de 35 ml de sangre por periodo es necesario ingerir una mayor cantidad de agua cuando se hace ejercicios para evitar una deshidratación. Antes, durante y después del entrenamiento se debe mantener una buena hidratación, ya sea con agua o bebidas isotónicas que ayudan a recuperar las sales minerales perdidas con el sudor.
Buena alimentación: Se deben evitar los alimentos procesados, los muy grasos y los azúcares refinados, escogiendo por encima de ellos una dieta basada en frutas y verduras de temporada. Debido a la importante pérdida de hierro que se produce con el periodo, un aporte extra de alimentos ricos en este elemento evitará episodios de anemia y desvanecimientos durante los entrenamientos. El asesoramiento de un nutricionista permite elaborar un plan de comidas específico para cada mujer.
A modo de conclusión, algunos equipos comienzan a intentar “trabajar con las hormonas y no a pelearse con ellas”.
Francisco J. Muñoz Parrado
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