Análisis táctico del Liverpool por Felipe de Luis, periodista y entrenador
El orden del fútbol mundial ha mutado y en ese cambio de tendencia el Liverpool de JurgenKlopp tiene una gran cuota de responsabilidad -si no toda-. De los tiempos de la cadencia armónica y limpia del juego de posición del Barcelona de Guardiola, hemos pasado a un sistema de combustión mucho más potente, enérgico, de ida y vuelta, de embestidas y no tanto de caricias. El fútbol de violines se ha convertido en un juego de tambores.
El Liverpool es todo eso y más, pues ha sabido crecer en la totalidad de los registros que componen el espectro futbolístico. A partir de un 1-4-3-3 a primera vista inamovible en ataque y defensa, el conjunto red es capaz de adaptarse a cada plan de partido, a cada circunstancia, a cada fase. Es el equipo más competitivo, más completo y, aunque pueda dar cierto reparo decirlo así sin ambages, es ahora el mejor equipo del mundo. Aquí van algunos de los detalles tácticos más relevantes.
Ataque posicional: el gran salto
En un equipo tan focalizado en las transiciones, encontrar la pausa supone un éxito mayúsculo. El objetivo, si no totalmente cumplido, está muy avanzado.Klopp ha construido mejores ataques posicionales, salidas más ordenadas y limpias y progresiones fluidas. El Liverpool, claro, no renuncia a los envíos largos, normalmente diagonales realizadas con gran precisión merced al gran pie de Van Dijk (qué pedazo de central). Pero es consciente de que ahora, siendo referente mundial, los rivales le van a ofrecer la pelota en muchas ocasiones para replegarse y esperar. Y, aunque ha costado, el conjunto red ya no se siente extraño con el esférico.
Veamos algunas de sus salidas. En la base de la jugada se suelen colocar dos líneas. La más atrasada normalmente formada por 3 (cuando no presionan dos delanteros no es necesario): los centrales y el mediocentro, aunque este puede estar lateralizado. Por detrás de los puntas rivales se colocan los dos interiores, formando una superioridad inicial de 5 vs 2. Estas cifras pueden variar, así como las demarcaciones de los jugadores pero la idea es dar vuelo a los laterales y tener soluciones por dentro.
Roberto Firmino, el delantero más mentiroso del mundo
Si hay un jugador que ha hecho de la mentira su forma de vida en el césped, ese es Roberto Firmino. Reconozco sentirme cautivado por el brasileño, que es capaz de convertirse en uno de los mejores delanteros del planeta sin actuar como tal. Porque Firmino, como vemos en la imagen de arriba, se mueve por toda la extensión del campo. No es que baje a recibir a la zona de tres cuartos, es que en muchas ocasiones se coloca como interior y hasta como mediocentro. Con estos movimientos suma un nuevo apoyo en la medular (con mejor pie que los centrocampistas), confunde a los centrales rivales y crea espacios para los extremos. Hay quien dice que es la pieza más débil del tridente y que en otros contextos su rendimiento disminuye. A veces es complicado realizar este tipo de comparaciones pero en mi opiniónFirmino es el mejor falso nueve -siempre Messi aparte, claro- que existe en la actualidad. Tal vez en Barcelona debieran tenerlo en cuenta.
Defender hacia delante
Otra de las señas de identidad de este equipo. Klopp saca a su línea defensiva lejos del área, lo que conlleva un riesgo evidente y también algunas consignas: Allison tiene que estar concentrado en todo momento porque ejerce de último hombre en muchas transiciones defensivas y la línea de 4 ha de compenetrarse a la perfección para tirar bien el fuera de juego. Pese a todo, al Liverpool le suelen buscar las espaldas, sobre todo de sus laterales, pero ahí entra en escena el poderío en los duelos de Van Dijk.
Esta pretensión de no recular provoca un curioso efecto cuando el equipo rival intenta realizar una contra. Los jugadores que están por detrás del balón realizan un repliegue vigoroso mientras que los defensores van hacia delante. En la imagen de abajo podemos advertir la sensación de jaula: dos rivales rodeados por hasta siete jugadores del Liverpool.
Con la presión empieza -y acaba- todo
La presión frenética propia del gegenpressing es un proceso complejo y diferente en cada equipo. En el Liverpool parece una prioridad focalizar laatención en el poseedor del balón y frenarle en la transición defensiva. Sadio Mané explicaba así en una entrevista en ‘El País’ el modo de presionar del equipo: “No hay un líder. Es un feeling. Algo que aprendes tras dos años de práctica con los mismos compañeros. Acabas por interpretarlo durante los partidos y se parece a coger un ritmo. Depende de cuándo dan los rivales determinado pase y a quién se lo dan. Esa es la señal para todos. Nadie da una voz. Sabemos en qué situaciones presionar y en qué situaciones replegarnos y juntarnos. Se trata de leer al rival. No necesitas que un compañero acuda para ir tras él. Cuando ves que el contrario hace determinado pase, no necesitas mirar atrás. Sabes al 100% que todos tus compañeros se moverán tras de ti. Es el rival el que te da el tempo dependiendo de cómo y con quién juegan la pelota. Esto es un pequeño secreto. Pero puedo decir que el ritmo de nuestros movimientos de pressing lo marca el rival.”
Estas declaraciones esclarecen varios aspectos relevantes. La presión la marca, en gran medida, el rival; siempre hay un movimiento determinado que activa la presión; el modelo está tan interiorizado que prácticamente no hay que incidir en ello; y también se deja entrever la importancia de la fe a la hora de presionar. Creer que puedes robar el balón es el primer paso para robarlo.
Podemos deducir, entonces, que el Liverpool apretará con más fuerza cuando el balón lo tenga uno de los jugadores menos hábiles o bien cuando vaya a una determinada zona del campo. En muchos de sus partidos sí que da la sensación de que una de las zonas predilectas de robo es la banda. En la imagen vemos cómo el Liverpool acumula jugadores y aprisiona al rival.
El mejor contragolpe del mundo
No sería justo definir al Liverpool únicamente como un equipo contragolpeador pero obviar la transición ofensiva como una de sus principales improntas sería faltar a la verdad. El equipo de Klopp tiene, posiblemente, el contraataque más letal del mundo. Sorprende la capacidad de sus jugadores para recorrer muchos metros en un corto espacio de tiempo. A veces el técnico alemán deja descolgado al tridente pero aunque el equipo está replegado llega muy rápido y con muchos jugadores al área contraria.
Todos los jugadores participan en el contragolpe, empezando por el portero. Lo hemos visto varias veces durante la temporada: Allison bloca la bola y en milésimas de segundos ya ha lanzado el contragolpe. Es el Liverpool un equipo temible en esta faceta.
Interacciones laterales-extremos
Indudablemente el conjunto red es rico en matices tácticos. Uno de los aspectos más interesantes es las interacciones que existen entre sus laterales y sus extremos multiplicando la calidad de su ataque. Ocurre en las dos bandas pero más si cabe en la izquierda. A veces Mané -estará disponible para la eliminatoria ante el Atlético- es el que se va dentro para dejarle el carril a Robertson y en ocasiones es al revés (lo vemos en las dos imágenes). Pero no es tan simple: si uno se pega a la línea de cal y fija al lateral, el otro se incrusta en un intervalo de la defensa rival para buscar el desmarque (segunda imagen). Pero también uno de ellos puede arrastra jugadores por dentro para aclarar el costado. El abanico es amplio y el peligro crece sobremanera si tenemos en cuenta la calidad de estos jugadores para el duelo individual. Un uno contra uno es casi sinónimo de victoria.
Repliegue
Siendo verdad que la disposición táctica de partida cuando el equipo no tiene el balón es el 1-4-3-3, el dibujo varía si se ve obligado a replegar. Cuando está muy cerca de su área y necesita la colaboración activa de sus dos extremos el Liverpool cierra en1-4-5-1, una clásica evolución defensiva del 1-4-3-3.
No es lo habitual pero en alguna ocasión hemos visto al Liverpool defendiendo en un claro 1-4-4-2. Por ejemplo en este partido ante el Wolverhampton posiblemente sería para proteger mejor los flancos por el sistema de carrileros profundos del rival.
Balón parado
Aunque no se suele hacer hincapié en esto, el Liverpool también saca rédito de las acciones a balón parado. Se ha demostrado en varios momentos de esta temporada que defender en zona sin marcaje especial a Van Dijk no es una buena idea.